Líneas generales
Las comunidades apátridas y desplazadas suelen estar en la primera línea de respuesta ante una crisis. Son quienes se encuentran en la mejor posición para saber a qué amenazas se enfrentan, están familiarizadas tanto con las causas como con las consecuencias de dichas amenazas y pueden ayudar a abordarlas. Por tanto, los actores humanitarios deben comprender y escuchar a las comunidades para las que trabajan, con el fin de asegurarse de que sus programas no perjudiquen el papel de las comunidades como actores de protección y de que no dejen en una peor situación a las personas y a las comunidades por error.
Por lo general, los problemas relativos a la protección preceden a las emergencias humanitarias y sus consecuencias son intensificadas por ellas. Entre los problemas más pertinentes se incluyen: prácticas perjudiciales, violencia de género, violencia pública, abandono de grupos marginados y exclusión o discriminación por razón de edad, origen étnico, religión, orientación sexual, identidad de género u otros motivos. Si bien es importante la comprensión, también es fundamental llevar a cabo un análisis crítico de la vida de las comunidades, a través del cual se reconozca que constituyen fuentes de apoyo y asistencia o que pueden conducir a amenazas y daños.
Además, las organizaciones humanitarias deben aprender la forma en la que las comunidades protegen a sus miembros. La protección puede implicar respuestas sofisticadas, por ejemplo, la negociación con grupos armados, o acciones sencillas y pragmáticas, como organizar el transporte a la escuela o recoger leña en grupos. Más allá del grado de eficacia de las estrategias de una comunidad, hemos de comprenderlas antes de implementar medidas de protección nuevas que puedan incidir negativamente sobre su utilidad.
El ACNUR se esfuerza por aprovechar los conocimientos y recursos de las comunidades, y por reforzar sus capacidades. Si las comunidades afectadas por una crisis están empoderadas, se encuentran en mejores condiciones para proteger y apoyar a sus familias, promover la cohesión social y la coexistencia pacífica entre ellas y con las comunidades de acogida, responder a las aspiraciones de los jóvenes y reconstruir sus vidas.
La protección comunitaria sitúa las capacidades, la autonomía, los derechos y la dignidad de las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado en el centro de la programación. Así, los resultados de la protección son más eficaces y sostenibles, ya que se fortalecen los recursos y capacidades locales, y se identifican las deficiencias de protección a través de consultas periódicas.
El ACNUR adopta un planteamiento comunitario en todas las labores que realiza con las personas con las que trabajamos y para las que trabajamos. A través de las consultas y la planificación comunitaria, las comunidades participan de forma significativa y sustantiva en todos los programas que las afectan y desempeñan un papel protagónico en el cambio. El ACNUR reconoce que, sin la participación de las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado, las intervenciones externas no pueden lograr por sí solas mejoras sostenidas en sus vidas.
En consecuencia, la protección comunitaria va más allá de consultar a las comunidades o de buscar su participación en procesos rápidos de evaluación o recopilación de información. Se trata de un proceso sistemático y continuo de implicación de las comunidades como analistas, evaluadores e implementadores de acciones para su propia protección.
Relevancia para operaciones de emergencia
Los miembros de la comunidad están a menudo en la primera línea de respuesta en emergencias, por lo que es fundamental dotar a nuestra labor de un enfoque comunitario. Entender y hacer aportes a las propias estrategias de las comunidades propiciará una respuesta de emergencia más rápida y eficiente, que considere de qué formas pueden verse afectados por una emergencia los distintos grupos y personas de una población.
La participación comunitaria resultará invaluable para comprender y dar respuesta a estos factores de forma oportuna.
Guía principal
¿Cuándo y para qué fin?
Los planteamientos comunitarios deberían integrarse en todas las fases de los programas de respuesta humanitaria, en todos los sectores y en todos los contextos humanitarios. Ello aplica para todos los actores humanitarios, incluidos quienes trabajan en la provisión de agua, saneamiento e higiene; alojamiento, y salud. La protección comunitaria apunta a lograr resultados como la prevención, la mitigación de riesgos y la respuesta a los casos de violencia de género, y a la protección de la infancia, y garantiza que las comunidades desempeñen un papel activo en su propia protección.
Cuando decida qué estrategias comunitarias son más eficaces, tenga presente el contexto. Intente comprender de qué forma el contexto de la emergencia en la que trabaja influye en la capacidad y la voluntad de las comunidades de participar de manera significativa.
Cualquiera sea el contexto, es posible (y muy deseable) un nivel sustancial de participación de la comunidad.
Un enfoque de protección comunitaria fomenta la participación de la comunidad en cada uno de los siguientes elementos de los programas:
- Preparación de análisis de la situación (tanto el análisis inicial como los análisis posteriores) y contribución a estos
- Establecimiento de prioridades
- Diseño e implementación de respuestas e intervenciones
- Supervisión de la implementación y modificación de las intervenciones según sea necesario
- Evaluación y comunicación de los resultados
En emergencias que pueden suponer una amenaza para la vida, es necesario actuar con rapidez, y la protección comunitaria constituye uno de los enfoques más eficientes y sostenibles para detectar riesgos existentes y necesidades extremas. Dado que en una emergencia las condiciones cambian constantemente y las evaluaciones deben actualizarse con frecuencia, es importante alcanzar un equilibrio entre el tiempo dedicado a los análisis de la situación (incluidas las evaluaciones participativas en toda regla) y su vida útil. Pase el mayor tiempo posible en la comunidad; aproveche todas las oportunidades de interactuar con personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado. Use un abanico de metodologías participativas para interactuar con miembros menos visibles de la comunidad. Aunque no tendrá tiempo para reunirse con cada grupo, asegúrese de que sus evaluaciones incorporen a representantes de todos los segmentos de la comunidad. No se base únicamente en la información que ofrecen las personas que están a su alcance y cuya presencia sea notoria, como líderes, hombres jóvenes o personas que puedan hablar idiomas que conozcan los trabajadores humanitarios. Siempre que tenga ocasión, hable con personas de distintas edades, géneros y contextos diversos para adquirir una comprensión plena de su situación y de cómo pueden ser parte de la respuesta. Es importante validar las evaluaciones con la comunidad con el fin de generar aceptación y detectar lagunas en las necesidades autoidentificadas de la comunidad. Catalogue las dinámicas, activos y capacidades de la comunidad, e inclúyalos en la respuesta, en lugar de crear mecanismos paralelos.
Resumen de las directrices u opciones
La protección comunitaria se sustenta en 12 principios.
- La protección comunitaria es un proceso, no un proyecto. No puede lograrse mediante reuniones breves con los grupos comunitarios. Requiere de un enfoque sistemático que sea sostenible y que haga de las comunidades los motores del cambio. Tómese el tiempo necesario para ganarse la confianza de la comunidad, y empéñese en aumentar la participación comunitaria de forma progresiva y sistemática.
- Seleccione cuidadosamente a los homólogos comunitarios. Lo más práctico es trabajar con un grupo reducido de miembros de la comunidad. Asegúrese de que las opiniones de los grupos marginados se encuentren representadas, y de compartir con la comunidad en general la información sobre los representantes que se hayan identificado, así como sobre sus funciones y responsabilidades. Si un proceso no es participativo o no está bien planificado, probablemente contribuirá a una mayor desigualdad e inseguridad.
- Las comunidades están bien posicionadas para identificar sus problemáticas de protección, pero los socios externos también desempeñan un papel importante. Tenga en cuenta que la comunidad podría no reconocer ciertas amenazas que los profesionales externos consideran urgentes. Las prioridades de la comunidad deben equilibrarse con las opiniones de los profesionales de la protección.
- Para ser eficaces, las intervenciones de protección requieren un diagnóstico preciso. No asuma que todos los problemas se deben únicamente al desplazamiento. Trabaje con la comunidad para decidir qué enfoques se adaptan mejor al contexto.
- Las comunidades ya tienen formas de proteger a sus miembros. No adopte nuevas medidas que desplacen las prácticas existentes que funcionan bien. Aborde las estrategias de adaptación que tienen efectos perjudiciales.
- El trabajo comunitario requiere capacitación y conocimientos especializados. El personal debe tener las competencias necesarias en el ámbito de la protección y debe ser capaz de trabajar de forma sensible y respetuosa con personas de procedencias y contextos muy distintos.
- Una supervisión complementaria es esencial, y los supervisores en contextos de emergencia deben conocer la importancia de la protección comunitaria.
- Céntrese en la protección. Es posible que, al principio, la comunidad no priorice la protección, y es responsabilidad del ACNUR trabajar con ella para identificar y abordar sus necesidades de protección.
- Promueva la sostenibilidad desde el primer momento. Un fuerte sentido de aceptación de la comunidad mejorará la sostenibilidad y la eficacia de los programas de protección.
- Apoye a las comunidades y estructuras nacionales, y trabaje con ellas. Casi siempre es mejor trabajar a través de las instituciones y programas existentes que establecer sistemas nuevos o paralelos.
- Desarrolle una estrategia de promoción para lograr un cambio sostenible. Ayude a las comunidades a desarrollar sus propios planes de promoción. Desempeñe un papel de acompañamiento.
- Preste atención a la evaluación y la elaboración de informes. Una buena medición de los avances depende del análisis de los desafíos y los resultados desde el inicio del programa y en estrecha consulta con las comunidades. Adopte sistemas o procesos de monitoreo y evaluación que favorezcan el análisis y el uso de datos procedentes de los comentarios de la comunidad para mejorar la calidad de la respuesta.
¿Cómo aplicarlo sobre el terreno?
Evaluación de los riesgos asociados a la protección comunitaria
- Cuando haga evaluaciones con personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado, haga un inventario de los organismos, servicios y estructuras comunitarias. Incluya a representantes de estos grupos vulnerables en el equipo multifuncional que planifica las evaluaciones y analiza sus resultados.
- Realice evaluaciones iniciales breves para determinar los riesgos de protección y la incidencia de las violaciones de los derechos humanos lo antes posible, antes y durante la emergencia. Estudie las causas subyacentes desde una perspectiva que tenga en cuenta la edad, el género y la diversidad; adopte medidas correctivas rápidas para evitar nuevas violaciones de los derechos humanos o desplazamientos.
- Tómese el tiempo necesario para diagramar la diversidad de la comunidad y comprender sus dinámicas de poder, jerarquías y otros factores que influyen en la toma de decisiones. Identifique las formas en las que la comunidad protege a sus miembros, incluidas las estrategias negativas de afrontamiento.
- Tenga muy presente la seguridad de los miembros de la comunidad consultados. Las personas o los grupos que se comunican con los organismos de asistencia pueden ser objeto de animosidad o incluso de actos de violencia por parte de otras personas o grupos. En consecuencia, los datos identificativos y las fuentes de información deben permanecer en confidencialidad. Cuando trabaje con las autoridades locales en contextos de desplazamiento interno, asegúrese en especial de que las personas o comunidades no sufran represalias cuando hablen sobre violaciones de los derechos humanos.
- Cuando haga las evaluaciones, preste atención a las personas que pueden verse expuestas por participar en ellas y que pueden encontrarse en mayor riesgo por otros factores relativos a la edad, el género y la diversidad, como una orientación sexual diversa, su pertenencia a una minoría étnica, etc.
- Difunda los resultados de sus evaluaciones entre la comunidad para que esta los valide y asegúrese de que la comunidad participe de manera significativa en la definición de sus prioridades.
- Permanezca alerta frente a las señales de tensiones existentes y potenciales en la comunidad y entre comunidades desplazadas y de acogida, e indague las causas profundas de dichas tensiones, así como posibles oportunidades para promover una cohesión social.
Apoyo y respuesta comunitarias
- Identifique y apoye las medidas de autoprotección de las comunidades: no adopte medidas nuevas que puedan debilitar las capacidades propias de protección de la comunidad. Identifique prácticas y mecanismos de afrontamiento que tengan resultados nocivos en el ámbito de la protección, y trabaje con la comunidad para sustituirlos o adaptarlos, o para mitigar sus efectos.
- Colabore con líderes comunitarios y con otras estructuras de la comunidad, como los mecanismos de resolución de conflictos. Apoye las estructuras establecidas, evite crear sistemas paralelos. Cerciórese de que las estructuras existentes sean justas, inclusivas y reflejen la diversidad de la comunidad. Cuando sea necesario, provea los recursos para esta labor, sea a través de financiación (consulte la sección de abajo sobre acuerdos de subvención), capacitación, apoyo técnico, actividades de promoción, enlaces con otras partes interesadas y asociaciones con ellas, entre otras cosas.
- Identifique y apoye las acciones y proyectos comunitarios, como los proyectos de efecto rápido o los proyectos de apoyo a la comunidad, que aborden las prioridades comunitarias, promuevan su resiliencia y desarrollen las capacidades existentes. Podrá encontrar más información aquí.
- Identifique rápidamente un grupo diverso de miembros de la comunidad que esté dispuesto a organizar apoyo comunitario para las personas más vulnerables o que tenga la capacidad de hacerlo, por ejemplo, a través de medidas temporales de cuidado para niños no acompañados.
- Implique a los grupos y a las personas que corran un mayor riesgo de sufrir incidentes de protección en los procesos de adopción de decisiones. Preste especial atención a las mujeres y niñas, los menores no acompañados y separados, las personas con discapacidad, las personas mayores, las personas LGBTIQ+, y otras personas y grupos que se encuentren marginados.
- Brinde apoyo a los sistemas de base comunitaria que brinden protección y cuidado a los grupos marginados que tienen necesidades específicas —o créelos cuando no existan—, p. ej., modalidades de cuidado comunitario para personas mayores o para personas con necesidades médicas.
- Promueva la apropiación comunitaria desde el primer momento. Cree y fortalezca los vínculos entre las comunidades desplazadas y de acogida siempre que sea posible.
- Priorice y promueva acciones que fortalezcan la cohesión social. Refuerce y apoye la prestación de servicios locales de forma inclusiva, y trabaje para que las comunidades desplazadas tengan acceso a ellos.
- Establezca planes de respuesta a situaciones de emergencia específicos con los socios y la comunidad.
Divulgación e intercambio de información
- Visite periódicamente a la población en sus refugios y hogares, según corresponda, y acompañe a los miembros de la comunidad que ya realizan estas labores. Dedique tiempo a escuchar a las personas y a comunicarles directamente información relevante.
- Tras consultarlo con las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado, procure que haya personal disponible en momentos que sean convenientes para estos grupos vulnerables, con el fin de recopilar e intercambiar información. Durante estos intercambios, se deberá prestar atención a los grupos que corren un mayor riesgo y que pertenecen a distintos segmentos de edad, género y diversidad; responder preguntas, y ofrecer asesoramiento en un entorno seguro y confidencial.
- Durante el trabajo con la comunidad, desarrolle un mecanismo de comunicación bilateral que garantice que todas las personas, incluidas las personas mayores, las personas con discapacidad y otros grupos potencialmente marginados, dispongan de acceso a información relevante y precisa sobre la asistencia y otros asuntos. Emplee diversos canales de comunicación según lo prefieran los miembros de la comunidad, y comuníquese en los idiomas locales. Coloque avisos en lugares en los que es probable que se reúna la población, como puntos de recogida de agua, centros comunitarios, así como puntos de registro o de distribución de asistencia.
- Trabaje con los voluntarios de divulgación de la comunidad para garantizar que la información se difunda ampliamente y llegue a quienes corren un mayor riesgo.
- Establezca mecanismos a nivel comunitario para denunciar de forma segura incidentes de protección y para emitir comentarios sobre los procesos que emplea la organización para resolver estos incidentes. Establezca sistemas eficaces de retroalimentación y respuesta de forma temprana en consulta con las comunidades. Estos deberían poder recibir y abordar con rapidez las cuestiones planteadas por las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado; en particular, las denuncias de explotación y abusos sexuales o de fraude.
Participación
- Asegúrese de que puedan participar en la toma de decisiones las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado de todos los grupos de edad, género y diversidad. Identifique y resuelva los obstáculos que imposibilitan la participación, sobre todo la de los grupos marginados.
- Respete las estructuras de liderazgo comunitarias y, al mismo tiempo, cerciórese de que sean inclusivas y representativas de la comunidad en su conjunto. Asegúrese de que sus intervenciones no socaven el apoyo de la comunidad a estas estructuras, al tiempo que identifica e implica proactivamente a las personas marginadas. Cuando sea necesario, establezca cuotas para la representación en las estructuras de liderazgo (por ejemplo, de personas con discapacidades, jóvenes o personas mayores). Las consultas periódicas con autoridades y líderes de la comunidad, incluso de los grupos marginados, sobre la asistencia planificada es importante a la hora de garantizar que los servicios prestados no contribuyan a las tensiones y para que, por tanto, se mantenga un enfoque que no propicie conflictos.
- Adopte una serie de metodologías participativas para garantizar que todos los miembros de la comunidad sean conscientes de la adopción de decisiones y tengan oportunidades de participar en ella.
- Introduzca metodologías de supervisión participativas y asegúrese de que las comunidades desempeñen un papel en el monitoreo de la ejecución de los programas y de la respuesta.
- Capacite a los socios y a los proveedores de servicios en protección comunitaria y cerciórese de que los acuerdos de asociación para proyectos incluyan actividades que promuevan la participación de la comunidad en todos los programas.
- De ser posible, asóciese directamente con organizaciones comunitarias, incluso aquellas dirigidas por personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado. Esto puede ser posible gracias a la herramienta del acuerdo de subvención, un mecanismo de financiación destinado a organizaciones comunitarias sin fines de lucro, especialmente, las que son dirigidas por personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado, que prestan servicios de promoción, asistencia y protección a nivel comunitario. Una vez asociadas a través de este acuerdo de subvención, a estas organizaciones solo se les exige que cumplan requisitos mínimos de desempeño y de presentación de informes.
- Cuando lleve a cabo evaluaciones participativas, visite a miembros de distintas edades y géneros, y de los diferentes grupos de diversidad en los momentos del día en que estén más disponibles. Cuando sea necesario, asista a determinados grupos para garantizar su participación (prestando servicios de cuidado de los niños, proporcionando alimentos, viáticos, etc.). Informe a las comunidades sobre los resultados de las evaluaciones que realiza, valide con ellas los resultados del análisis y destaque las prioridades de los programas que la comunidad haya determinado.
Prevención del abuso y la explotación
- En colaboración con la comunidad, adopte medidas de forma inmediata para identificar y analizar los riesgos relacionados con la protección a los que se enfrentan las personas de todas las edades, géneros y diversidades. Acuerde formas de prevenir y responder a la violencia de género.
- En colaboración con la comunidad, establezca un mecanismo para identificar a los grupos y personas con mayor riesgo de sufrir violencia de género.
Sensibilización y promoción
- Cree sistemas comunitarios que defiendan el respeto por los derechos individuales, identifiquen a los grupos con necesidades específicas y les proporcionen protección y cuidado (véase más arriba).
- Durante una emergencia, no cree patrones de conducta ni entable relaciones que luego sean difíciles de modificar. Por ejemplo, no se comunique solo con los líderes tradicionalmente aceptados de una comunidad ni excluya a las mujeres, las personas mayores ni a los jóvenes. Revise sus modalidades de consulta periódicamente. Asegúrese de que se informe al personal y a las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado que las disposiciones adoptadas durante las emergencias pueden cambiar.
Respaldo a proyectos comunitarios:
Un proyecto dirigido por la comunidad es una iniciativa a cargo de un grupo autoorganizado de refugiados y solicitantes de asilo; personas desplazadas internas, retornadas o apátridas, o miembros de la comunidad. Un proyecto puede ser de pequeña o gran escala. Este tipo de proyectos pueden tratarse, entre otros, de proyectos de efecto rápido o proyectos de apoyo a la comunidad. También pueden adoptar la forma de una subvención otorgada a una organización comunitaria por medio de un acuerdo de subvención. Los proyectos dirigidos por la comunidad, entre otras cosas:
- tienen como fin fortalecer la resiliencia comunitaria;
- responden a una prioridad identificada por las comunidades;
- son dirigidos y ejecutados por la comunidad;
- se apoyan en las capacidades de la comunidad;
- tienen un objetivo claramente definido (p. ej., la coexistencia pacífica) con un efecto y un grupo destinatario predeterminados, y producen resultados.
Estos proyectos deben alcanzar uno o más de los siguientes objetivos y respetar la política sobre edad, género y diversidad, y los principios de no hacer daño:
- Resolver inquietudes específicas relacionadas con la protección o mitigar sus efectos sobre las comunidades y las personas por medio de actividades comunitarias y la planificación de acciones.
- Beneficiar tanto a las comunidades desplazadas como a las de acogida resolviendo sus inquietudes en materia de protección por medio de intervenciones específicas (como el apoyo a los medios de subsistencia, la reforestación o el desarrollo de competencias).
- Reforzar los establecimientos y servicios públicos, locales y comunitarios a través de apoyo logístico, técnico y en infraestructura.
- Mejorar las capacidades relativas a la calidad de los proveedores de servicios de salud, educación, agua y saneamiento de los que se benefician las personas apátridas y en situación de desplazamiento forzado.
- Afianzar la cohesión social y la coexistencia pacífica, atacando las causas fundamentales de las tensiones sociales.
- Véase con más detalle esta práctica de trabajo con estructuras de protección comunitaria en la República Democrática del Congo en este enlace.
Fase posterior a la emergencia
La fase posterior a la emergencia permitirá que se fortalezcan y se profundicen los enfoques y proyectos de protección comunitaria. También puede ser la oportunidad de mejorar, en caso de ser necesario, las respuestas dirigidas a personas o grupos especialmente afectados por la emergencia. Una relativa estabilización de la situación puede dar lugar a enfoques a más largo plazo que consoliden las capacidades de las organizaciones y estructuras comunitarias.
Estándares
Indicadores de COMPASS
Consulte los indicadores básicos de resultados y de productos, así como los indicadores de buenas prácticas y sus lineamientos en el área de efecto 7: Participación comunitaria y empoderamiento de las mujeres.
Anexos
Aprendizajes y prácticas de campo
Cursos de acceso exclusivo para el personal del ACNUR:
Curso de autoaprendizaje en línea sobre protección comunitaria
Curso virtual sobre medios sociales para la protección comunitaria
Enlaces
Contactos principales
Puede acudir en primera instancia al Representante Adjunto (Protección) y al Representante Auxiliar (Protección) del ACNUR o al Oficial Superior de Protección del país.
O bien, póngase en contacto con el Jefe de Protección del ACNUR, el Director Adjunto (Protección) o el Coordinador Superior de Protección, o bien con el Oficial Superior de Protección o el Oficial Superior de Protección Comunitaria de la oficina regional.
La persona con la que se comunique se pondrá en contacto con la dependencia técnica pertinente de la División de Protección Internacional del ACNUR.
En esta sección:
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