Líneas generales
Un alojamiento es un espacio habitable cubierto que proporciona un entorno seguro y saludable para vivir con privacidad y dignidad, que guarece a las personas de la intemperie, les provee de un espacio para vivir y almacenar pertenencias, así como intimidad, comodidad y apoyo emocional.
Las respuestas de alojamiento, especialmente en situaciones de emergencia, suelen incluir una combinación de alternativas. El alojamiento es con frecuencia uno de los gastos domésticos más significativos, más aún en el caso de las personas que han tenido que huir de sus hogares. La ubicación de la población afectada también influirá en la respuesta; las densas zonas urbanas tienen características específicas, por lo que las soluciones de alojamiento allí pueden diferir de las de las zonas rurales o los entornos dispersos.
Las respuestas de alojamiento deben adaptarse a los contextos locales y tener en cuenta el clima, las prácticas y los hábitos culturales, las habilidades locales y la disponibilidad de materiales de construcción. El uso de los materiales y los tipos de refugios conocidos, en consonancia con las preferencias y las prácticas de las personas en situación de desplazamiento forzado o de la población local, contribuyen a que la respuesta sea más eficaz y sensible desde el punto de vista cultural.
La orientación que se ofrece en esta entrada aplica para distintos contextos (entornos urbanos, rurales y dispersos; asentamientos formales e informales, etc.) y se debe leer junto con la entrada sobre la evaluación de las necesidades de alojamiento.
Una única solución de alojamiento rara vez satisface todas las necesidades de las poblaciones desplazadas. La mejor práctica es ofrecer, dentro de lo posible, una variedad de opciones, entre las que se puede incluir asistencia en efectivo, apoyo para el alquiler, materiales de construcción, alojamiento transitorio, equipos para viviendas, revestimientos de plástico, tiendas de campaña, etc.
Relevancia para operaciones de emergencia
En casos de emergencia, el derecho a un alojamiento adecuado para las personas en situación de desplazamiento forzado y las apátridas es de vital importancia, dado que aborda directamente su protección y bienestar inmediatos. Las respuestas de alojamiento desempeñan una función crucial cuando se trata de determinar las condiciones generales de vida de las personas afectadas por las emergencias, y son fundamentales para atender las diversas necesidades de las poblaciones desplazadas.
Un alojamiento no solo sirve como barrera física frente a la intemperie, sino que además ofrece un entorno de vida seguro y saludable que garantiza la privacidad, la comodidad y la seguridad emocional. La provisión de alojamiento es esencial para salvaguardar a los desplazados y apátridas de las inclemencias del tiempo, ofrecerles un espacio para vivir y almacenar sus pertenencias y fomentar un sentimiento de dignidad y estabilidad en tiempos de crisis.
Si bien las respuestas de alojamiento en situaciones de emergencia pueden adoptar soluciones estándar de carácter más bien temporal, las consideraciones como el tipo de alojamiento requerido, qué materiales y diseño utilizar, quién los construye y cuánto duran diferirán significativamente en cada situación.
Guía principal
Objetivos de protección
El derecho a una vivienda adecuada se reconoció por primera vez en el artículo 25 (1) de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El principio que reza que toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada aplica para todas las personas, independientemente de su condición de desplazamiento; por lo tanto, es válido en todas las fases del ciclo de desplazamiento: antes, durante y después. La adecuación de la vivienda incluye la seguridad de la tenencia; la disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructuras; la asequibilidad; la habitabilidad; la accesibilidad; la ubicación, y la idoneidad cultural. Los objetivos específicos de protección que se satisfacen a través de las respuestas de alojamiento son los siguientes:
- Satisfacer las necesidades vitales y desalentar nuevos desplazamientos mediante la provisión de un entorno de vida seguro y saludable con privacidad y dignidad. Los alojamientos deben ofrecer suficiente espacio cubierto para realizar las principales actividades domésticas y de subsistencia, como cocinar, dormir, estudiar, socializar, almacenar pertenencias, etc.
- Proteger a la población afectada de una variedad de riesgos, como el desalojo, la explotación y los abusos, el hacinamiento y el acceso deficiente a los servicios. La amenaza de desalojo es mayor cuando las personas afectadas se establecen en tierras y propiedades sin permiso.
- Reconocer, y fomentar el reconocimiento por parte de otros actores, de que todas las personas, incluidas las personas en situación de desplazamiento forzado y las apátridas, tienen derecho a circular libremente, de conformidad con los derechos humanos.
- Ayudar a las personas en situación de desplazamiento forzado y a las apátridas a satisfacer sus necesidades esenciales y a disfrutar de sus derechos económicos y sociales con dignidad, al tiempo que se contribuye a su autosuficiencia y se facilita que encuentren soluciones a largo plazo por sí mismas.
- Velar por que las personas en situación de desplazamiento forzado y las apátridas disfruten de sus derechos en igualdad de condiciones y puedan participar en las decisiones que afectan su vida (principio de rendición de cuentas ante las poblaciones afectadas).
- La asistencia para el alojamiento debe dar prioridad a las personas más vulnerables, incluidas las mujeres (en especial los hogares encabezados por mujeres), los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, los grupos marginados, etc. (enfoque basado en la edad, el género y la diversidad).
Principios y normas subyacentes
La respuesta de alojamiento debe tener en cuenta los siguientes criterios en todas las circunstancias (entornos urbanos, rurales o dispersos, en viviendas temporales o más permanentes):
- La disposición de los refugios, su tamaño y ubicación deben ofrecer condiciones de vida adecuadas, suficientes para proporcionar a las personas un sentimiento de propiedad y ayudarlas a recuperar sus medios de subsistencia, al tiempo que se minimiza el riesgo de nuevos desplazamientos.
- Las respuestas de alojamiento, incluidos los diseños y las técnicas de construcción, deben empoderar a las poblaciones desplazadas para elegir, construir o mantener sus propios alojamientos por medio de la provisión del apoyo organizativo y material necesario.
- Deben ser eficaces en función de los costos, hacer uso de materiales locales en la medida de lo posible, y reflejar adecuadamente las preferencias culturales y el estilo de vida tradicional de la población afectada.
- Los diseños deben tener en cuenta el clima, la topografía, las amenazas y los riesgos ambientales, las normas mínimas nacionales e internacionales, los medios de subsistencia y la disponibilidad local de recursos, incluidos los materiales, las habilidades y la infraestructura. En las zonas de riesgos sísmicos se debe recurrir al apoyo de expertos técnicos.
- Debe provocar un impacto mínimo en el entorno natural. Se debe tener especial cuidado en el abastecimiento de materiales locales para minimizar los daños ambientales.
- Las respuestas de alojamiento tendrán que adaptarse a las limitaciones de espacio, especialmente a mediano y largo plazo (por ejemplo, ampliar los alojamientos por medio de enfoques modulares, o proveer alojamientos de dos pisos). El diseño del alojamiento debe prever, en la medida de lo posible, la modificación por parte de sus ocupantes para adaptarlo a sus necesidades individuales, a la vez que se tienen en cuenta las normas y los reglamentos locales.
Para normas más detalladas (espacio habitable cubierto, altura, etc.), consulte la entrada sobre soluciones y normas de los alojamientos de emergencia.
Riesgos para la protección
- Los grupos vulnerables, como los hogares encabezados por mujeres y las personas con discapacidad, pueden tener dificultades para encontrar o construir sus propios alojamientos, o puede que tengan que compartirlos con otras personas. Se pueden encontrar en una situación de dependencia precaria e indigna si no reciben un apoyo dirigido a ellos específicamente. El diseño y la respuesta de los alojamientos se deben ajustar a sus necesidades específicas.
- Es posible que, durante los conflictos, los grupos étnicos o religiosos minoritarios no sean bienvenidos entre la población de acogida o entre la propia población desplazada y, en consecuencia, tengan dificultades para encontrar alojamiento.
- Las personas desplazadas también pueden tener problemas para demostrar su identidad y sus derechos de vivienda, tierras y propiedad, lo que supone un obstáculo para sus vidas tanto durante el desplazamiento como en el retorno a su zona de origen.
- Pueden surgir conflictos con la comunidad de acogida si la presencia de poblaciones desplazadas aumenta la tensión en los mercados de alquiler y los servicios locales, y dificulta el acceso a recursos tales como una vivienda asequible y agua.
- Si las opciones de alojamiento son inasequibles para las personas en situación de desplazamiento forzado, estas podrían adoptar mecanismos de supervivencia negativos, por ejemplo:
- exponerse al riesgo de desalojo si no tienen suficiente seguridad de la tenencia;
- vivir en condiciones de hacinamiento;
- ocupar espacios públicos como parques, escuelas o plazas, lo que perjudica la coexistencia pacífica con las comunidades locales;
- dar prioridad a los alojamientos baratos, establecerse en zonas de alto riesgo (p. ej., proclives a inundaciones o ciclones) y en terrenos indeseables (p .ej., cerca de vertederos, orillas de barrancos, canales, carreteras o vías de ferrocarril, almacenes sin utilizar, fábricas o terrenos en torno a esas instalaciones) donde se exponen a riesgos ambientales y sanitarios, con escaso o ningún acceso a los servicios;
- separar a las familias, lo cual puede obligar niñas y niños a que contraigan matrimonio precoz o hacer que se vayan a vivir con otras personas, y exponerlos al abandono y el abuso;
- realizar actos ilegales o mantener relaciones sexuales para la supervivencia;
- sufrir explotación por parte de sus arrendadores.
Directrices operacionales
En situaciones de emergencia, se recurre a diversas soluciones de alojamiento, tanto las que ofrecen los actores humanitarios y las autoridades locales como las que encuentran las propias personas afectadas o las que proporcionan las comunidades de acogida. Es probable que cualquier operación requiera una combinación de enfoques para satisfacer las necesidades de la población desplazada, incluso a través de intervenciones en efectivo. La opción seleccionada será un factor determinante en la calidad de vida que la población afectada pueda alcanzar durante su desplazamiento.
No obstante, si la evaluación de las necesidades y el diseño de una respuesta llevan tiempo, las personas afectadas se pueden asentar en nuevas zonas, encontrar acuerdos alternativos (por ejemplo, con familias de acogida) o empezar a ocupar edificios y tierras sin seguridad de la tenencia o a vivir en lugares proclives a las amenazas. Por consiguiente, es fundamental que se ofrezca una respuesta de alojamiento inmediata para satisfacer las necesidades de al menos las personas más vulnerables.
Los centros de tránsito, los centros colectivos y otras formas de alojamiento multifamiliar pueden satisfacer rápidamente la necesidad de un espacio cubierto si se identifican edificios vacíos u otras soluciones. No obstante, los alojamientos familiares individuales son preferibles porque ofrecen mayor privacidad, comodidad psicológica y seguridad emocional. Además, proporcionan seguridad y protección a las personas y sus pertenencias, y ayudan a preservar o restablecer la unidad familiar.
Las tiendas familiares del ACNUR se utilizan a menudo para salvar vidas durante el inicio de las emergencias con desplazamientos de gran volumen y cuando la construcción local no puede satisfacer las necesidades inmediatas de alojamiento. La vida útil de una tienda de lona montada depende del tiempo que haya estado almacenada antes de su utilización, así como del clima y del cuidado que le proporcionen sus ocupantes. Se debe tener en cuenta la provisión de materiales de reparación. En general, es difícil calefaccionar las tiendas, puesto que las paredes y el techo ofrecen un aislamiento limitado. Sin embargo, el ACNUR ha desarrollado un equipo de acondicionamiento invernal para tiendas familiares en climas fríos. Estos artículos pueden ser caros si no se encuentran en existencias (debido al costo de transporte aéreo).
En lo posible, el diseño de los alojamientos debe prever modificaciones de los ocupantes para adaptarlos a sus necesidades individuales. En climas fríos, por ejemplo, es muy probable que las personas permanezcan en el alojamiento durante todo el día, por lo que necesitarán más espacio. En las culturas más tradicionales, la población afectada puede pedir más privacidad, por ejemplo, mediante porches o biombos que impidan ver el interior del alojamiento.
Si se cumplen ciertos criterios, las intervenciones en efectivo pueden ayudar en gran medida a satisfacer las necesidades de las personas afectadas de forma rápida, flexible y a gran escala. De hecho, las intervenciones en efectivo pueden ayudar a cubrir los gastos de alquiler u otros gastos relacionados con el alojamiento, tanto para materiales como para su rehabilitación o mejora. Las consideraciones sobre la factibilidad de las intervenciones en efectivo deben examinarse conjuntamente con expertos del sector, principalmente para determinar la viabilidad de satisfacer las necesidades de alojamiento a través de una modalidad tan flexible.
El siguiente cuadro resume las distintas opciones de asentamiento con las soluciones de alojamiento asociadas que se suelen encontrar en muchos contextos de emergencia:
Tipología de asentamientos |
Soluciones de alojamiento más utilizadas |
Asentamientos planificados, centros de tránsito, asentamientos informales |
|
Alojamiento individual (acuerdos de acogida o de alquiler) |
|
Centros colectivos |
|
Para más información sobre las ventajas y desventajas de cada una de las soluciones de alojamiento indicadas anteriormente, consulte la entrada sobre soluciones y normas de los alojamientos de emergencia.
Consideraciones específicas para las respuestas de alojamiento en zonas urbanas
Las operaciones en contextos urbanos requieren un enfoque holístico y espacial, a menudo dentro de un complejo sistema existente que ya se enfrenta a desafíos sistémicos para la prestación de servicios básicos de bienestar. Si bien todas las consideraciones planteadas son válidas para las respuestas en zonas urbanas, los siguientes factores influirán en la elección de las soluciones de alojamiento adecuadas:
- Accesibilidad. Los entornos urbanos pueden no garantizar el acceso y la movilidad adecuados para las personas con necesidades específicas. El apoyo de los vecinos puede ser más difícil, especialmente en caso de que existan obstáculos lingüísticos.
- Selección de destinatarios. Las poblaciones desplazadas pueden mezclarse con las poblaciones urbanas pobres, lo que dificulta la ayuda específica, pero sigue siendo importante para garantizar que los recursos lleguen a los destinatarios previstos.
- Cuestiones de vivienda, tierras y propiedad. La mayoría de las ciudades se desarrollan con rapidez y de manera informal. Los planes y las ordenanzas de la utilización de la tierra suelen estar desactualizados, al igual que los registros catastrales. El riesgo de desalojo aumenta tanto para las personas en situación de desplazamiento forzado como para los habitantes pobres.
- Sociedad civil. Las organizaciones comunitarias y la sociedad civil pueden desempeñar una importante función de apoyo a la respuesta. Se deben tener en cuenta sus capacidades, sus conocimientos especializados y su rendición de cuentas.
Para obtener una orientación más completa sobre la respuesta urbana, es preciso leer esta entrada junto con la entrada de descripción general de los asentamientos y la de consideraciones sobre la estrategia de alojamiento de alquiler.
Consideraciones principales con respecto a la gestión
- Consulte e involucre a las autoridades locales y a la población afectada. Colabore de cerca desde el principio con los departamentos técnicos de las autoridades locales e infórmese sobre las normas y los reglamentos locales de tenencia de tierras, obras públicas y vivienda para reducir cualquier riesgo relacionado con la vivienda, las tierras y la propiedad o con el incumplimiento de las normas locales.
- El permiso para ocupar edificios públicos o privados se debe establecer en acuerdos legales, de este modo se reduce el riesgo de desalojo.
- Identifique las amenazas relacionadas con el clima (como inundaciones, desprendimientos de tierra, vientos fuertes). En el caso de riesgos sísmicos, solicite asesoramiento técnico especializado incluso para el diseño de un alojamiento sencillo.
- Al inicio de una crisis, es prudente considerar una combinación de opciones de alojamiento y asentamiento para discutirlas con las personas afectadas, las comunidades de acogida y las autoridades. Las estrategias iniciales pueden incluir la adaptación de edificios públicos sin utilizar, acuerdos con grupos comunitarios, ayudas para el alquiler y para las familias de acogida. Además, es necesario disponer de servicios básicos como el agua, el saneamiento y el acceso a la energía.
- Desarrolle estrategias de información para aumentar la participación y el sentimiento de propiedad de la comunidad en la planificación y el mantenimiento de los alojamientos.
- Establezca y aplique medidas de aseguramiento de la calidad, que pueden incluir una capacitación apropiada del personal y los obreros en las técnicas de construcción y aseguramiento de la calidad pertinentes.
- Coordine y colabore con los sectores complementarios, incluidos los de protección; vivienda, tierras y propiedad; efectivo; agua y saneamiento; energía; medios de subsistencia, etc., para garantizar la integración de las soluciones.
- Monitoree atentamente los riesgos de protección asociados a alojamientos deficientes o inasequibles y desarrolle respuestas intersectoriales para mitigar estos riesgos.
- Trabaje en estrecha colaboración con los organismos de desarrollo y las autoridades gubernamentales que cuenten con conocimientos especializados y recursos complementarios, especialmente para los programas urbanos.
- Colabore estrechamente con los actores locales, las organizaciones, los movimientos comunitarios y las autoridades gubernamentales que puedan ayudar a trazar un mapa de la ubicación de las personas en situación de desplazamiento forzado o evaluar los niveles de vulnerabilidad de los hogares y las zonas en las que se han asentado.
Asegúrese de que la aplicación y la gestión de la respuesta de los alojamientos de emergencia se realice con los conocimientos especializados adecuados (disponibles internamente o a través de socios). Considere el despliegue de personal cualificado en alojamientos o asentamientos al inicio de las emergencias.
Recursos y asociaciones
- La población afectada
- Autoridades gubernamentales locales o centrales, municipios, funcionarios municipales
- Líderes comunitarios y religiosos
- Comunidad de acogida
- Otros organismos de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales y locales
- Instituciones académicas
- Sociedades de ingenieros y arquitectos
- Sector privado
Fase posterior a la emergencia
A medida que se estabilice la respuesta de emergencia inmediata y se hayan satisfecho en gran medida las necesidades vitales, la fase posterior a la emergencia debe dar prioridad a soluciones de alojamiento más sostenibles y a enfoques a más largo plazo que garanticen una protección y resiliencia duraderas de las personas en situación de desplazamiento forzado y las apátridas.
Tras una reevaluación exhaustiva de las necesidades de alojamiento, las respuestas se adaptan a la dinámica cambiante de la población afectada. El empoderamiento de la comunidad, el sentimiento de propiedad, la seguridad de la tenencia, las intenciones de quedarse y acceder a un ingreso se vuelven fundamentales, e involucran a las poblaciones afectadas en la toma de decisiones y el fomento de habilidades para la provisión de alojamientos sostenibles.
Puntos de acción clave:
- La continuidad de los programas de apoyo a los medios de subsistencia es crucial para garantizar la autonomía y la estabilidad económica. Puede incluir la exploración de actividades para generar ingresos relacionadas con la construcción de alojamientos.
- Dar prioridad a las soluciones duraderas, con especial atención a las opciones de alojamiento que respeten los principios de "una vida digna" y aborden las necesidades de vivienda a largo plazo.
- La defensa del acceso a los derechos de vivienda, tierras y propiedad tiene como objetivo reducir los riesgos de desalojo y mejorar el acceso a los servicios esenciales.
- Contar con un marco de seguimiento sólido permite orientar las estrategias de adaptación, y garantiza la flexibilidad de la actuación en respuesta a la retroalimentación continua y a los desafíos emergentes.
- Se mantiene la coordinación con los organismos gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las organizaciones internacionales, al tiempo que se procura incluir a las personas en situación de desplazamiento forzado en los planes de desarrollo de alojamientos y vivienda y en los mecanismos de financiación. Se explora la colaboración con empresas locales para mejorar las oportunidades económicas.
Elaboración de una respuesta de alojamiento estratégica
Se debe llevar a cabo una evaluación rápida inicial de los alojamientos y asentamientos durante los primeros tres días posteriores a una emergencia para identificar las necesidades y los recursos. Encargue a equipos multisectoriales la tarea de asegurarse de que se tienen en cuenta todos los problemas. Utilice los hallazgos para diseñar y organizar evaluaciones de necesidades más exhaustivas, según sea necesario. Para obtener más información, véase la entrada sobre la evaluación de las necesidades de alojamiento.
Localice y trace un mapa de la ubicación de las personas en situación de desplazamiento forzado y las apátridas.
Con base en la evaluación, establezca las actividades y prioridades para salvar vidas y prevea las necesidades de alojamiento a mediano y largo plazo.
Identifique y priorice la asistencia para el alojamiento para los grupos de mayor riesgo (hogares encabezados por mujeres, familias numerosas, personas mayores, personas con discapacidad, etc.). Se deben contextualizar los indicadores de vulnerabilidad de los hogares y las personas. Para ello, considere sus vulnerabilidades socioeconómicas, dado que pueden constituir un obstáculo para conseguir un alojamiento asequible.
Identifique los tipos de soluciones de alojamiento preferidas y disponibles para la población afectada. Para obtener más información, véase la entrada sobre soluciones y normas de alojamiento de emergencia.
Analice las opciones de alojamiento disponibles, la asequibilidad y disponibilidad de viviendas y la capacidad de absorción de las comunidades de acogida.
Asegúrese de que la población afectada participe en el proceso de planificación.
Elabore una respuesta de alojamiento que incluya disposiciones para la transición de la asistencia para el alojamiento a soluciones más duraderas y sostenibles a largo plazo.
Evalúe los requisitos y las limitaciones logísticas y de suministro, y adopte medidas para hacerles frente.
Monitoree los efectos y la eficacia de los programas a través del tiempo.
Anexos
Aprendizajes y prácticas de campo
Enlaces
Contactos principales
Sección de Apoyo Técnico de la División de Resiliencia y Búsqueda de Soluciones: [email protected]
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