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Líneas generales
La violencia sexual y de género es cualquier acto perpetrado contra la voluntad de una persona y basado en unas normas de género y unas relaciones de poder desiguales. Incluye la violencia física, emocional o psicológica y sexual, así como la denegación de recursos o del acceso a servicios. La violencia incluye las amenazas de violencia y la coerción. La violencia sexual y de género provoca daños a las mujeres, las niñas, los hombres y los niños, y constituye una grave vulneración de varios derechos humanos.
A menudo las personas de la competencia del ACNUR se ven expuestas a un mayor riesgo de sufrir este tipo de violencia durante las emergencias. Esto puede deberse a diversos factores, como la repentina ruptura de las estructuras familiares y comunitarias tras un desplazamiento forzado. Determinados grupos poblacionales pueden correr un riesgo particular de sufrir violencia sexual y de género: las personas de edad avanzada, las personas con discapacidad, las adolescentes, los niños, las personas LGBTI y las mujeres cabeza de hogar.
Cualquiera puede perpetrar violencia sexual y de género, incluidos los miembros de las comunidades de acogida, de las comunidades de refugiados o desplazados internos y hasta los agentes humanitarios. Las personas que ostentan cargos de autoridad (policía, funcionarios de los cuerpos de seguridad, líderes comunitarios, docentes, empresarios, terratenientes, trabajadores humanitarios, etc.) pueden abusar de su poder y cometer violencia sexual y de género contra personas de la competencia del ACNUR. Los cambios en los roles o responsabilidades sociales y de género, así como el estrés que provoca el desplazamiento, pueden provocar tensiones en el seno del hogar o agravarlas, lo que a veces conduce a la violencia doméstica. Algunas conductas o hábitos tradicionales dañinos pueden dar lugar a violencia sexual y de género: el matrimonio precoz, la mutilación genital femenina/ablación (MGF/A), los asesinatos y mutilaciones por honor o el aborto forzado. Durante los conflictos armados, la violencia sexual puede utilizarse como arma de guerra.
La prevención de la violencia sexual y de género y la respuesta ante este problema es uno de los componentes fundamentales del mandato de protección del ACNUR. Dada la naturaleza multisectorial de la respuesta que requiere, el ACNUR y sus socios deben transversalizar la prevención de la violencia sexual y de género en toda la respuesta de emergencia y en los programas que se diseñen en todos los sectores. Las intervenciones de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género salvan vidas. La programación debe comenzar desde el inicio de una emergencia, con independencia del número de casos denunciados de violencia sexual y de género. El ACNUR colabora con gobiernos, otros organismos de las Naciones Unidas, ONG locales e internacionales y personas de la competencia del ACNUR para prevenir y responder ante la violencia sexual y de género.
A menudo las personas de la competencia del ACNUR se ven expuestas a un mayor riesgo de sufrir este tipo de violencia durante las emergencias. Esto puede deberse a diversos factores, como la repentina ruptura de las estructuras familiares y comunitarias tras un desplazamiento forzado. Determinados grupos poblacionales pueden correr un riesgo particular de sufrir violencia sexual y de género: las personas de edad avanzada, las personas con discapacidad, las adolescentes, los niños, las personas LGBTI y las mujeres cabeza de hogar.
Cualquiera puede perpetrar violencia sexual y de género, incluidos los miembros de las comunidades de acogida, de las comunidades de refugiados o desplazados internos y hasta los agentes humanitarios. Las personas que ostentan cargos de autoridad (policía, funcionarios de los cuerpos de seguridad, líderes comunitarios, docentes, empresarios, terratenientes, trabajadores humanitarios, etc.) pueden abusar de su poder y cometer violencia sexual y de género contra personas de la competencia del ACNUR. Los cambios en los roles o responsabilidades sociales y de género, así como el estrés que provoca el desplazamiento, pueden provocar tensiones en el seno del hogar o agravarlas, lo que a veces conduce a la violencia doméstica. Algunas conductas o hábitos tradicionales dañinos pueden dar lugar a violencia sexual y de género: el matrimonio precoz, la mutilación genital femenina/ablación (MGF/A), los asesinatos y mutilaciones por honor o el aborto forzado. Durante los conflictos armados, la violencia sexual puede utilizarse como arma de guerra.
La prevención de la violencia sexual y de género y la respuesta ante este problema es uno de los componentes fundamentales del mandato de protección del ACNUR. Dada la naturaleza multisectorial de la respuesta que requiere, el ACNUR y sus socios deben transversalizar la prevención de la violencia sexual y de género en toda la respuesta de emergencia y en los programas que se diseñen en todos los sectores. Las intervenciones de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género salvan vidas. La programación debe comenzar desde el inicio de una emergencia, con independencia del número de casos denunciados de violencia sexual y de género. El ACNUR colabora con gobiernos, otros organismos de las Naciones Unidas, ONG locales e internacionales y personas de la competencia del ACNUR para prevenir y responder ante la violencia sexual y de género.
Guía principal
Objetivos de protección
- Proteger a las mujeres, niñas, hombres y niños desplazados frente a la violencia sexual y de género en todo momento y lugar, incluso en sus casas, en la escuela y en el trabajo, en los espacios públicos o el transporte público, así como en los puntos de distribución de ayuda.
- Garantizar que las personas supervivientes de violencia sexual y de género puedan denunciar de manera confidencial este tipo de incidentes y disfruten de acceso no discriminatorio a los servicios de apoyo, incluida la asistencia médica, psicosocial, jurídica y material, así como a espacios seguros si lo necesitan.
- Abordar las necesidades específicas de protección de las personas con alto riesgo de sufrir violencia sexual y de género (incluidas las personas mayores, las personas con discapacidad, las adolescentes, los niños, las personas LGBTI y las mujeres cabeza de hogar) y tener en cuenta a estas personas en todos los programas que se diseñen.
- Garantizar que las personas supervivientes de la violencia sexual y de género puedan tratar de obtener reparación por la vía judicial si lo desean.
- Alentar y posibilitar que las personas de la competencia del ACNUR se impliquen activamente en la protección de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños contra la violencia sexual y de género, incluso a través de redes e iniciativas de protección comunitaria.
Principios y normas subyacentes
- Un enfoque centrado en las personas supervivientes:
o Trate a cada superviviente con respeto.
o La seguridad de los supervivientes y sus familias es primordial.
o Respete las elecciones, los deseos, los derechos y la confidencialidad de los supervivientes y sus familias. Nunca debe revelarse la identidad de un superviviente sin su consentimiento previo.
o Preste los servicios y el apoyo sin incurrir en ningún tipo de discriminación.
- Un enfoque basado en derechos. Empodere a las personas y comunidades para ejercer sus derechos, en lugar de considerarlas "beneficiarias" de ayuda.
- Un enfoque basado en la edad, el género y la diversidad. Todas las mujeres, los hombres, las niñas y los niños de todas las edades y procedentes de contextos diversos deben disfrutar del derecho a la igualdad y poder participar plenamente en las decisiones que les afecten.
- Protección comunitaria. Sitúe la capacidad, la autonomía, los derechos y la dignidad de las personas de la competencia del ACNUR en el centro de la programación. Implique a las comunidades de manera activa y sustantiva en todos los aspectos de los programas que las afecten. La comunidad debe ser el motor del cambio.
- Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. Las causas que subyacen a la violencia sexual y de género son las normas de género y unas relaciones de poder desiguales: trabaje con las mujeres, los hombres, las niñas y los niños para abordar las causas profundas de este problema y ayude a las mujeres y las niñas a convertirse en líderes en sus comunidades, en pie de igualdad con los hombres y los niños. Consulte el artículo referente a la edad, el género y la diversidad.
- Una intervención que salva vidas. Las intervenciones de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género salvan vidas. Planifíquelas y ejecútelas desde el comienzo mismo de una emergencia, sin esperar a contar con pruebas de la prevalencia de este problema.
- Enfoque multisectorial. Implique al personal del ACNUR y a los asociados que ejerzan funciones diversas para asegurarse de que la prevención de la violencia sexual y de género se incluya de manera transversal en toda la respuesta.
Riesgos de protección
- Las personas de la competencia del ACNUR pueden correr el riesgo de sufrir violencia sexual y de género en muchos entornos diferentes (en sus casas, en lugares públicos, en el transporte público, en el lugar de trabajo, en la escuela, en los puntos de distribución de ayuda...). Sus agresores pueden ser miembros de la comunidad de acogida o de la comunidad de refugiados o desplazados internos, de la comunidad humanitaria o incluso ostentar cargos oficiales.
- Aunque también presentan características comunes, los riesgos relacionados con la violencia sexual y de género en los campamentos pueden ser diferentes de los que existen en otros entornos. Por ejemplo:
o en los campamentos, las personas desplazadas están expuestas a la violencia sexual y de género en los puntos de distribución de ayuda; en las instalaciones de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene (WASH); en los refugios poco seguros, como las tiendas de campaña comunitarias; y en las zonas deficientemente alumbradas;
o fuera de los campamentos, pueden sufrir violencia sexual y de género en espacios públicos, como los mercados; en el lugar de trabajo; en el trayecto hacia la escuela o al regresar de esta; en el transporte público; y también en el hogar (donde pueden sufrir abusos o explotación por parte de los propietarios de las viviendas, los vecinos u otros miembros del hogar).
- El riesgo de experimentar violencia sexual y de género en un contexto de emergencia se ve agravado por varios factores, entre los que cabe citar los siguientes: la ruptura de los sistemas de apoyo familiar y comunitario; la presencia de fuerzas armadas o combatientes; la debilidad de los sistemas legales y de aplicación de la ley; el abuso de poder por parte de personas que ostentan cargos de autoridad; la existencia de leyes y prácticas que refuerzan la discriminación de género; un acceso inadecuado al refugio, la comida, el agua y combustible; y un acceso inadecuado a las oportunidades de subsistencia.
- Algunas personas corren un riesgo especial de sufrir violencia sexual y de género durante y después de un desplazamiento forzado, sobre todo cuando se han visto separadas de sus familias o comunidades o cuando han perdido el apoyo de estas por cualquier motivo. Entre ellas se encuentran las personas de edad avanzada, las personas con discapacidad, las adolescentes, los niños, las personas LGBTI y las mujeres cabeza de hogar.
- Las niñas y los niños pueden sufrir explotación, abuso o violencia sexuales a manos de sus cuidadores o de personas que pueden acceder a ellos sin trabas, incluso en los centros escolares. La denegación de recursos o del acceso a servicios por razón de género también puede dar lugar a violencia sexual y de género; por ejemplo, las niñas pueden verse privadas del acceso a la escuela debido a su género.
- Cuando las personas de la competencia del ACNUR se encuentran dispersas en el seno de la población, ya sea en entornos urbanos o rurales, resulta difícil identificar a las personas supervivientes de la violencia sexual y de género y a quienes corren el riesgo de sufrir este tipo de violencia, así como garantizar su acceso a los servicios.
- Uno de los problemas graves asociados a la violencia sexual y de género es que el número de casos denunciados es muy inferior al real. Las persona supervivientes pueden no querer hablar sobre ello por vergüenza o por el estigma que supone; también pueden culparse a sí mismas, temer miedo a sufrir represalias o una nueva victimización, o desconfiar de las autoridades. Como resultado de ello, existe el riesgo de que no utilicen los servicios a los que tienen derecho.
- Las difíciles condiciones socioeconómicas que experimentan las personas durante una situación de desplazamiento pueden conducir a las mujeres, los hombres, las niñas o los niños a adoptar estrategias de adaptación negativas, como el trabajo sexual de subsistencia.
Otros riesgos
- El ACNUR se enfrenta a un riesgo para su reputación. Si este organismo y sus asociados no combaten adecuadamente la violencia sexual y de género, su credibilidad y su autoridad pueden verse dañadas.
- Los medios de comunicación pueden solicitar información sobre casos de violencia sexual y de género. Si se exponen las historias de personas supervivientes de este tipo de violencia, pueden verse expuestas a un riesgo adicional, sobre todo cuando los servicios existentes no sean capaces de satisfacer sus necesidades de apoyo inmediatas.
Puntos de decisión claves
La dirección superior es responsables de garantizar que el ACNUR y sus asociados prioricen acciones dirigidas a prevenir y responder a la violencia sexual y de género, una intervención que salva vidas. La programación debe comenzar desde el momento en que se produzca una situación de emergencia, con independencia de si se han denunciado o no casos de violencia sexual y de género.Si no hay ningún miembro del personal con responsabilidades específicas en el ámbito de la violencia sexual y de género, la dirección debe decidir qué personal especializado en labores de protección asumirá la responsabilidad principal de la prevención y respuesta a este tipo de violencia. Como parte de la transversalización de la protección, los directivos deben garantizar asimismo que el personal del ACNUR responsable de diferentes funciones colabore en la prevención de la violencia sexual y de género, y que todos los programas aborden este problema. También deben asegurarse de que se adopten medidas para la identificación de las personas en situación de riesgo, de que se lleven a cabo actividades de prevención y de que se divulgue información sobre los servicios disponibles.
Los directivos deben colaborar estrechamente con otros organismos de las Naciones Unidas, autoridades y ministerios gubernamentales y ONG que trabajen en el ámbito de la violencia sexual y de género para garantizar la adopción de un enfoque cooperativo. Los programas de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género deben enmarcarse en el ámbito general de la protección y (en las emergencias relacionadas con refugiados) estar liderados por el ACNUR. Normalmente, la prestación de servicios dirigidos a satisfacer las necesidades de los supervivientes (atención de la salud, apoyo psicosocial, asistencia jurídica) correrá a cargo de los asociados del ACNUR. En función de la capacidad, el ACNUR puede asumir alguna función en la gestión de casos individuales, además de las labores que realicen los socios.
Pasos clave
Sistemas1. Designe, como mínimo, un miembro profesional del personal encargado de las tareas de protección como responsable de la prevención y respuesta a la violencia sexual y de género, bajo la supervisión global del Representante Adjunto de Protección (o cargo equivalente en la operación) o del alto funcionario de protección.
2. Identifique al resto de agentes dedicados a la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género (y a sus coordinadores) en las instituciones gubernamentales, los organismos de las Naciones Unidas y las ONG locales e internacionales, así como a los proveedores de servicios en los ámbitos de la salud, el apoyo psicosocial, la seguridad, la protección y la asistencia jurídica.
3. Realice entrevistas individuales a personas de la competencia del ACNUR y a los agentes locales con objeto de conocer sus necesidades, posibles soluciones y las carencias de los programas y servicios. Complemente las entrevistas con análisis de la situación y debates en grupo.
4. Establezca junto con sus asociados (y, en situaciones relacionadas con refugiados, lidere) un mecanismo de coordinación, como un grupo de trabajo sobre la violencia sexual y de género.
5. En colaboración con los asociados y los proveedores de servicios, desarrolle mecanismos de información e itinerarios de remisión claros para las personas supervivientes de la violencia sexual y de género, a fin de garantizar que puedan acudir a diversos puntos de contacto para denunciar los casos de violencia sexual y de género y obtener un acceso eficiente y no discriminatorio a los servicios.
6. En colaboración con los socios y proveedores de servicios, elabore procedimientos operativos estándar (POE) sobre la prevención y respuesta a la violencia sexual y de género en los que se describan los mecanismos de coordinación, los itinerarios de remisión y los mecanismos de notificación.
7. Establezca un sistema de gestión para los casos de violencia sexual y de género.
8. Instaure procedimientos especiales para trabajar con los menores supervivientes de este tipo de violencia, así como con aquellos que la perpetren.
9. Establezca un sistema de gestión de información para los datos sobre la violencia sexual y de género, incluido un protocolo de intercambio de información para las organizaciones participantes (puede consultar una serie de herramientas útiles al respecto en el sitio web http://gbvims.org).
10. Desarrolle un marco de seguimiento y evaluación para los programas de lucha contra la violencia sexual y de género, e intégrelo en los programas de protección.
11. Revise las leyes y políticas nacionales sobre protección de la violencia sexual y de género, los derechos de los supervivientes y la igualdad de género para garantizar que están en consonancia con el derecho internacional y no son discriminatorias.
12. En los países que se enumeran en el Informe anual del Secretario General sobre la violencia sexual relacionada con los conflictos, así como en las operaciones que reciben refugiados procedentes de dichos países, el ACNUR tiene la obligación de ayudar a coordinar, recabar y verificar información; también debe participar en las disposiciones de vigilancia, análisis y presentación de informes. El ACNUR suele recoger datos para estas disposiciones a través de sus sistemas de seguimiento de la protección y gestión de la información. La información se presentan a los asesores en materia de protección de las mujeres (o cargos equivalentes) de las misiones de mantenimiento de la paz, el grupo de trabajo sobre disposiciones de vigilancia, análisis y presentación de informes o las estructuras de coordinación de la lucha contra la violencia sexual y de género a escala nacional.
Prevención
1. Adopte medidas para crear conciencia entre las personas de la competencia del ACNUR sobre la necesidad de prevenir la violencia sexual y de género y promover la igualdad entre los géneros, así como para dar a conocer los servicios de los que disponen los supervivientes. Cuando resulte pertinente, incluya información sobre los cauces formales e informales que deben utilizar los supervivientes para acceder a la justicia. Consulte el artículo sobre el acceso a la justicia.
2. Identifique las redes comunitarias existentes o, si no existen, fomente su creación entre las personas de la competencia del ACNUR y ayúdelas a realizar su trabajo preventivo e informativo sobre la violencia sexual y de género.
3. En coordinación con las comunidades y con el gobierno del país de acogida, establezca mecanismos para garantizar la seguridad y la protección de las personas de la competencia del ACNUR.
4. Fuera de los campamentos, colabore con sus organizaciones asociadas para crear espacios seguros para las mujeres y los niños. Cuando ya existan, delos a conocer entre la comunidad.
5. Asegúrese de que los docentes, el resto del personal escolar y los estudiantes reciban capacitación en materia de violencia sexual y de género, y de que existan sistemas en las escuelas que permitan identificar y remitir a los servicios adecuados a los supervivientes y niños que corran el riesgo de sufrir violencia sexual y de género. Cerciórese de que todos los docentes firmen un código de conducta que prohíba todas las formas de violencia sexual y de género contra los estudiantes, y reciban capacitación para saber cómo aplicarlo. Consulte el artículo sobre la educación en las situaciones de emergencia.
6. En los campamentos, trabaje con el ACNUR y sus asociados de los sectores pertinentes para garantizar que los campamentos estén organizados, estructurados y gestionados de manera que promuevan la seguridad, mediante la provisión de alumbrado, una presencia adecuada de personal de seguridad (incluso de sexo femenino), la asignación de refugios seguros en función de las necesidades y la vulnerabilidad, y la provisión de instalaciones WASH seguras y accesibles. Consulte los artículos referentes al grupo temático del CPO sobre coordinación y gestión de campamentos, opciones de refugio y servicios WASH en los campamentos.
7. En los entornos urbanos, trabaje con los proveedores de refugio para reducir los riesgos de violencia sexual y de género derivados de la existencia de alojamientos masificados o inseguros. Asegúrese de que los programas (como los de ayudas monetarias) vayan dirigidos a personas con necesidades específicas, incluidas las supervivientes de la violencia sexual y de género y las que corran el riesgo de sufrirla.
8. Estudie la posibilidad de ofrecer programas de formación profesional, adquisición de aptitudes básicas y de subsistencia, dado que estos programas pueden contribuir a la prevención de la violencia sexual y de género a través del empoderamiento de las mujeres. Asegúrese de que los programas estén abiertos a las mujeres, incluidas las supervivientes. Consulte el artículo dedicado a las actividades de subsistencia y la autonomía.
9. Colabore con personas que ostenten posiciones de poder (empresarios, docentes, terratenientes) y edúqueles sobre los riesgos y consecuencias de la violencia sexual y de género.
10. Proporcione capacitación a las autoridades locales y a los funcionarios policiales y judiciales (incluidos, cuando proceda, los mecanismos de justicia informal) para garantizar que reconozcan, respeten y protejan los derechos de los supervivientes de la violencia sexual y de género. Haga hincapié en los principios de no discriminación, igualdad ante la ley e igualdad ante los juzgados y tribunales. Consulte el artículo sobre el acceso a la justicia.
11. En los debates con las autoridades locales y con los funcionarios policiales y judiciales, incluya a los representantes de los mecanismos de justicia informal y haga hincapié en la importancia de poner a disposición de la justicia a los autores de violencia sexual y de género.
12. Proporcione capacitación a todo el personal del ACNUR y sus asociados en materia de prevención de la explotación y el abuso sexuales contra personas de la competencia del ACNUR. Difunda el Código de Conducta del ACNUR y el boletín del Secretario General sobre las medidas especiales para la protección contra la explotación y el abuso sexual (ST/SGB/2003/13).
13. Capacite e informe al personal del ACNUR y sus asociados que desempeñe diversas funciones (educación, protección, seguridad alimentaria, medios de vida, coordinación y gestión de campamentos, salud, refugio, combustibles y energía, WASH) de modo que entienda los riesgos asociados a la violencia sexual y de género y su responsabilidad de prevenir y, cuando proceda, responder a ella en su programación.
Respuesta
1. Proporcione capacitación al personal pertinente del ACNUR y sus asociados para garantizar que comprendan plenamente los procedimientos operativos estándar (POE) en materia de violencia sexual y de género. Asegúrese de que estén familiarizados con los sistemas de información y remisión, y con los principios fundamentales en los que se sustenta el trabajo con supervivientes: respeto, seguridad, confidencialidad y no discriminación. Familiarice al personal con las normas Esfera para asegurar que la planificación de la respuesta y la asistencia tengan en cuenta las necesidades específicas de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños.
2. Colabore con los proveedores de servicios para garantizar que los servicios que presten a las personas supervivientes de la violencia sexual y de género sean adecuados, de alta calidad y cumplan las normas básicas de atención a los supervivientes. Cuando un superviviente notifique un incidente de violencia sexual y de género, siempre debe respetar su deseo de presentar o no una denuncia formal o de acceder o no a determinados servicios. Cada persona superviviente debe:
- ser informada de la asistencia disponible, como servicios médicos, apoyo psicosocial, asistencia jurídica y, cuando sea necesaria, asistencia material y acceso a un refugio seguro;
- recibir asistencia sanitaria con carácter prioritario si ha sufrido algún daño físico o mental. En casos de violación, todas las personas supervivientes (que cumplan los requisitos para ello) deben tener acceso a profilaxis posterior a la exposición (PPE) contra el VIH, profilaxis contra infecciones de transmisión sexual y, en el caso de las mujeres, anticoncepción de emergencia. Además, cada superviviente debe poder solicitar, cuando proceda, que el sector o grupo temático sobre salud recopile pruebas forenses;
- recibir asistencia jurídica gratuita si desea iniciar una acción legal. Si la persona superviviente está de acuerdo, los actos de violencia sexual o mutilación genital femenina deberán denunciarse ante la policía lo antes posible;
- ser reubicadas en un alojamiento o refugio seguro, o en un lugar alternativo dentro del país, o bien ser consideradas para su realojo en el caso de que su seguridad esté en peligro y las circunstancias lo requieran.
Nota: préstese atención a la definición de "admisibilidad" y "superviviente de violación que cumple los requisitos". La admisibilidad debe determinarse para cada intervención médica prescrita, con base en la indicación médica de la intervención y el tiempo que haya transcurrido entre el incidente y esta.
Normas/indicadores
Norma sobre las emergencias
- Todas las personas supervivientes de la violencia sexual y de género tienen acceso a los cuidados médicos que requieren.
- Todas las personas supervivientes de la violencia sexual y de género tienen acceso a apoyo psicosocial.
- Todas las personas supervivientes que decidan revelar un incidente deben tener la posibilidad de acceder a asesoramiento jurídico y servicios de apoyo.
- Cuando la seguridad de una persona superviviente esté en peligro y las circunstancias lo requieran, dicha persona es reubicada en un hogar o refugio seguro, o en otro lugar dentro del país, o es considerara para su realojo.
- Todas las personas supervivientes de violaciones deben tener acceso a servicios de gestión clínica para víctimas de este delito. Todos los centros sanitarios deben contar con personal cualificado, así como con suministros y equipos suficientes para la gestión clínica de las violaciones. Los indicadores que se recopilarán utilizando el sistema de información sanitaria del ACNUR son:
o el 100% de las personas supervivientes de violaciones que cumplen los criterios para ello reciben PPE (contra el VIH) en un plazo de 72 horas a contar desde el incidente;
o el 100% de las mujeres supervivientes de una violación reciben contracepción de emergencia dentro de las 120 horas siguientes al incidente;
o el 100% de las personas supervivientes de una violación reciben profilaxis contra infecciones de transmisión sexual en un plazo de dos semanas a contar desde el incidente.
Norma en situaciones de larga duración
Las mismas normas se aplican a las situaciones y emergencias de larga duración.
Consideraciones principales en materia de gestión
Para gestionar programas de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género, debe destinarse a este problema como mínimo un miembro profesional del equipo encargado de las labores de protección, dentro de una estructura apropiada de supervisión o gestión. En un plazo breve desde el inicio de una emergencia se deberá establecer un marco de seguimiento y evaluación con el propósito de medir los efectos de las intervenciones de identificar las deficiencias existentes en la programación. La prevención de la violencia sexual y de género y la respuesta a esta lacra constituyen una obligación multisectorial e interinstitucional. Los mecanismos de supervisión y seguimiento deben involucrar a los órganos interinstitucionales, asociados e instituciones gubernamentales pertinentes, así como a las personas de la competencia del ACNUR.Recursos y asociaciones de colaboración
Personal- Como mínimo, un miembro del personal encargado de las tareas de protección en cada operación debe ser responsable de la prevención y respuesta a la violencia sexual y de género, bajo la supervisión global del Representante Adjunto de Protección (o cargo equivalente en la operación).
- Las actividades de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género son de naturaleza multisectorial y requieren la coordinación con el ACNUR y las organizaciones asociadas en diversos sectores (incluidos los de protección, WASH, medios de vida, salud, refugio, coordinación y gestión de campamentos, educación y protección de la infancia). Asegúrese de que el personal sanitario y el encargado de las tareas de protección trabajen juntos para asegurar que los supervivientes puedan acceder cuanto antes a los centros de salud.
Socios
- Fuera del ACNUR se pueden establecer alianzas con ONG locales, nacionales e internacionales, con otros organismos de las Naciones Unidas y con las autoridades gubernamentales pertinentes (ministerios incluidos), así como con las instituciones judiciales y las responsables de hacer cumplir la ley.
- Es fundamental cooperar estrechamente con las mujeres, los hombres, las niñas y los niños pertenecientes a las poblaciones de la competencia del ACNUR en todas las etapas de la programación (evaluación, definición de prioridades, diseño, ejecución, seguimiento y evaluación).
Recursos
- Se necesitan recursos financieros adecuados para planificar, ejecutar y supervisar los programas e intervenciones de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género. En las propuestas de financiación se debe dar prioridad a estos programas, puesto que constituyen intervenciones capaces de salvar vidas.
Anexos
Enlaces
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Sistema de gestión de información sobre la violencia de género
Contactos principales
Puede acudir en primera instancia al Representante del Departamento de Protección del ACNUR, al Representante Auxiliar del Departamento de Protección del ACNUR o al alto funcionario encargado de la protección en el país; o bien, al Representante (Auxiliar) Regional del Departamento de Protección del ACNUR y/o al alto funcionario regional encargado de la protección en la oficina regional (si procede); o al alto asesor jurídico regional en la dirección regional respectiva del ACNUR (con jurisdicción sobre la región del país en cuestión), quien a su vez se pondrá en contacto con la dependencia principal del Departamento de Protección Internacional (DPI) que proceda.
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